
05 May Empatía colaborativa: ideas para afrontar la crisis como ecosistema de negocios
Además de las ya muy mencionadas consecuencias sanitarias y sus respectivas medidas de contingencia en el mundo, el COVID-19 ha provocado que los empresarios de todos los sectores replanteen sus estrategias para mantenerse, si no a la vanguardia, sí sobreviviendo en medio de la pandemia. Los más afectados, las MiPyMes, tendrán que resolver otros temas diferentes a la competitividad, en el mejor de los casos, sino es que ya han padecido de tal forma que bien pudieran ser parte de la estadística diaria como víctimas del Coronavirus.
Sin embargo, no es el empleador el único con preocupaciones al respecto del impacto económico que provoca el virus: el empleado, la fuerza laboral que mantiene al país, tiene en su cabeza las mismas preguntas que todos los empresarios, cada quien en sus respectivas proporciones y prioridades. Sin importar el sector, muchas empresas han tenido que adoptar ciertas medidas reactivas y que no en todos los casos son muy populares entre sus colaboradores: desde el necesario (y obligado) trabajo a distancia hasta la reducción de jornadas laborales (con sus respectivos pagos por horas), reducción porcentual de sueldos y salarios y, en casos más extremos, pérdida del empleo.
Los procesos productivos y las cadenas de valor se están viendo mermadas, no por una falta exclusiva de poder adquisitivo, sino por la incertidumbre generada por la escasez de movilidad de las personas, lo cual hace particular a esta crisis. Y es ahora donde toma relevancia el esfuerzo mutuo que deben tener los involucrados para la subsistencia económica: establecer líneas de acción bidireccionales que busquen apoyar los dos extremos de la cadena productiva es una sugerencia solidaria que pretende mantener los ecosistemas empresariales vivos. Aquí cobra mucha relevancia la empatía y confianza que la empresa haya generado con sus colaboradores, ya que es a través del sentido de identidad y confianza que se pueden lograr acuerdos donde se apoye tanto a los empleados como a la misma empresa. En la medida que estos acuerdos puedan ser establecidos con la mayor claridad posible, con el consenso de la fuerza de trabajo y el compromiso de los tomadores de decisiones, no sólo será posible reducir los impactos de la situación actual, sino también se genera un ambiente donde existen confianza y certeza laboral, cumplimiento de acuerdo y, como una característica particular, se desarrolla la lealtad entre las partes.
Nadie gana en una crisis mal manejada y, mucho menos, con decisiones viscerales. Todas las acciones deben establecerse con cabeza fría, con el consenso de sus involucrados y entendiendo que en medio de una situación como la actual, el mantenerse en el mercado no es cuestión de ser el más fuerte, el más grande o el que genera más ingresos, sino de quien genere mejores estrategias que apoyen a toda la cadena de valor.